Zapatero leyó una declaración institucional a las cinco de la tarde en el Palacio de La Moncloa, donde compareció en respuesta al asesinato del ex concejal del Partido Socialista de Euskadi en Mondragón Isaías Carrasco.

El jefe del Ejecutivo se mostró convencido de que "juntos acabaremos con esta lacra" por mucho que los terroristas hayan querido "interferir en la pacífica manifestación" que suponen las elecciones generales de este próximo domingo.

"La democracia española ha demostrado que no admite retos. No los ha admitido en el pasado, no los admite hoy y no los admitirá nunca", dijo después de expresar su "más profundo pesar" por el atentado y transmitir su solidaridad a la familia, los compañeros y amigos de Carrasco.

LA "EXTREMA CRUELDAD" DE ETA

Zapatero aseguró que el asesinato "muestra una vez más la extrema crueldad de quienes han apostado por continuar con su exacrable actitividad contra el más elemental de los derechos, el derecho a la vida".

Además, prometió que "quienes han participado en este asesinato pronto acabarán siendo detenidos y puestos a disposición de la Justicia para que cumplan rigurosamente la condena que merecen por la atrocidad que han cometido" de la misma manera que ha ocurrido a lo largo de la legislatura con "los autores de anteriores atentados".

"El gobierno perseguirá con todos los instrumentos del Estado de Derecho a los terroristas, a quienes les prestan apoyo y justifican y avalan sus acciones; y pondrá toda su determinación y todos los medios para seguir perseverando en en favor de la libertad", añadió.

Zapatero señaló que el Gobierno era consciente de que "ETA aún podía causar daño" pese a considerar que "está vencida por la democracia, repudiada por el conjunto de los españoles" y manifestar que "no tiene otro destino que su desaparición y sus miembros no tienen otro destino que la cárcel".

Finalmente, apuntó que el nombre de Isaías Carrasco se suma "a la larga lista de ignominia" de los terroristas pero permanecerá siempre en el recuerdo de los españoles.