Rodríguez Zapatero, acompañado de buena parte de su Comisión Ejecutiva, celebró en la plaza de San Marcelo, en León, el segundo aniversario del 35 Congreso Federal, n el que fue elegido secretario general. Después de haber sustituido la nostalgia por la esperanza, les dijo, ha llegado la hora de extenderla a todos los ciudadanos "que quieren preferirnos", y demostrarles "cómo vamos a gobernar".

Para ello, les llamó a trabajar "duro" durante el año que queda hasta las elecciones municipales y autonómicas, y los dos para las generales, manteniendo la humildad y, sobre todo, escuchando a la gente. "Se acabó la política que dicta recetas desde un laboratorio o a partr de un estudio de opinión. La razón la tiene la sociedad", sentenció.

El líder socialista defendió nada más subir a la tribuna su estilo de oposición, con el que ha quedado demostrado, afirmó, que es posible tener una alternativa y mantener un apoyo "generoso y leal" al Gobierno en asuntos de Estado, "como los acontecimientos producidos al alba", en referencia a la crisis con Marruecos por el islote Perejil, trabajando "por sumar, y no por crispar".

Como ejemplo de esa "mano tendida" recordó tamién la lucha contra ETA, punto que aprovechó para lanzar un mensaje de apoyo a los cargos públicos de Euskadi y para asegurar que su prioridad desde el Gobierno será erradicar el terrorismo y frenar la acción de todos los que lo apoyan.

Por ello, criticó a quienes "sólo ven radicales de pancarta" en quien desea colaborar "generosa y lealmente", y lanzó un mensaje expreso al PP. "Espero que haya tomado nota de cómo deberá desarrollar la oposición. Que vaya tomando nota, porque será la única forma de qu resulte creíble".

DEFENSA DE SU EQUIPO

A continuación, defendió a su equipo, del que dijo que demostrará de forma "brillante" su capacidad para poner al país en otro rumbo, mucho más progresista y solidario. "Hay algunos que hablan de los equipos. Después de haber tenido a Lucas y a Villalobos, cómo pueden hablar de los equipos de los demás", remachó.

Llegado este punto, el líder socialista entró de lleno a resaltar "la decadencia" del Gobierno, uno de cuyos síntomas más visibles es que el preidente sólo pudo afrontar el reciente Debate sobre el Estado de la Nación "movilizando a los reservistas" y llevando a Ruiz Gallardón a la candidatura por la Alcaldía de Madrid, "porque Trini, antes de empezar la campaña, ya había ganado y cambiado la ciudad".

Se mostró además convencido de que los ciudadanos "le han visto la oreja" a la política "antisocial y autoritaria" de Aznar, demostrada con su política fiscal, el "decretazo", sus reformas educativas o la situación de la vivienda. "Señores del Gbierno, ustedes son de todo menos liberales, en el buen sentido de la palabra", remachó, al tiempo que prometió una "auténtica liberalización" de los sectores estratégicos de la economía, que ahora están "en dos, tres o cuatro manos" y desde ellas sirven "a una causa política, la del PP".

Esa liberalización de la economía, incluirá un compromiso social de las empresas, a las que se primará por las contrataciones estables y se penalizará por las precarias. Todo ello, sentenció, para demostrar que es poible una economía fuerte compatible con un país solidario que distribuya el crecimiento económico para igualar oportunidades "no al revés, como ahora".

Acusó además al Ejecutivo de "engañar" a los ciudadanos manipulando unos datos y ocultando otros. "Este Gobierno se parece cada día más a Enron, y sus estadísticas son menos fiables que las de Arthur Andersen".

"LA ANTIGÜALLA" DEL PP

A esa política antisocial y autoritaria Rodríguez Zapatero la juzgó también "profundamente antigüa" en su visión e la democracia y de los factores de desarrollo de un país. "Quieren imponer su moral, su religión y sus convicciones a los demás", impidiendo con ello el avance de la sociedad, en asuntos clave como podría ser la investigación terapéutica con células madre. Rodríguez Zapatero recordó por ello al Ejecutivo que España es un país laico que quiere ser cada vez más laico, en el que las convicciones de cada uno deben ser respetadas, pero en el que la moral pública sea sólo la de la ciudadanía, sin que ninguna ora impida avanzar a la sociedad, "como ha ocurrido tantas veces en España".

Esos son los valores que él defenderá ante los ciudadanos, "sin esconderme de nada, sin buscar el centro ni la estratosfera. Llegaré a las urnas y diré lo que soy, socialista. No tengo que cambiar mi identidad ni buscar ningún refugio, porque no tenemos ningún complejo de lo que hemos dado por este país y de lo que vamos a ser capaces de dar por los que más lo necesitan.

Frente a un presidente "que desde que corre con Bus se ha olvidado de qué país gobierna de quiénes son los sindicatos", y se ha dedicado a "atacar" a todos los sectores, Rodríguez Zapatero se comprometió a gobernar con diálogo, con tolerancia, transparencia, defendiendo siempre los valores democráticos. "Un país y un Gobierno comprometido socialmente y más moderno, que esta antigüalla del PP ya no se lleva en ninguna parte de Europa ni del mundo".

Pidió por ello a los socialistas "un último esfuerzo" para templar la euforia y seguir trabajando "duro",manteniendo la austeridad, la paciencia, la humildad, extendiendo la esperanza que empieza a cundir entre las filas del partido al resto de la sociedad. "Celebraremos la victoria en León", concluyó.