Rodríguez Zapatero participó en Badajoz en un acto de homenaje al presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que no se presentará a las próximas elecciones autonómicas después de 24 años en el cargo.

El presidente del Gobierno no hizo mención alguna a las últimas detenciones de miembros de ETA en Francia, ni tampoco a la intensificación de la violencia callejera.

Tampoco se refirió a la sugerencia de Rodríguez Ibarra de que la Mesa del Congreso de los Diputados se pronuncie a favor del proceso de paz para asumir su parte de responsabilidad, una vez que la soberanía nacional autorizó al presidente a abrir el proceso.

Rodríguez Zapatero coincidió con el presidente extremeño en que nadie "nos va a regalar nada", pero subrayó que merece la pena luchar "cuando actúas con principios, con nobleza, y cuando sabes que tú sí puedes mirar a tu adversario y decirle cuando tú estabas en el Gobierno yo te apoyé para acabar con el terrorismo".

"No va a pasar", precisó, "pero si mañana volvieran al Gobierno y nosotros estuviéramos en la oposición, volveríamos a apoyarles en la lucha contra el terrorismo, a pesar de lo que están haciendo ahora". "Así somos nosotros y así son ellos", añadió.

"Mientras España crece económicamente con fuerza, mientras se crean tres millones de empleos en esta legislatura y hay avances sociales como la Ley de Dependencia, el PP lo único que hace es hacer oposición con la lucha contra el terrorismo", denunció.

Ese comportamiento, sentenció Rodríguez Zapatero en dos ocasiones, "quedará en la retina de los españoles para mucho tiempo".

El presidente apenas habló unos minutos sobre el proceso para intentar lograr el fin del terrorismo, pero dedicó más tiempo a hablar de su compromiso con la paz en el mundo, por la que merece la pena "mojarse".

Es posible, dijo, lograr un orden internacional donde no prime la confrontación, sino la democracia, el entendimiento y el diálogo entre pueblos con una concepción distinta del mundo.

GRACIAS A RODRÍGUEZ IBARRA

Rodríguez Zapatero elogió a Rodríguez Ibarra, como antes habían hecho el nuevo candidato, Guillermo Fernández Vara, y también los presidentes de Andalucía, Manuel Chaves; Asturias, Vicente Alvarez Areces, y Castilla-La Mancha, José María Barreda.

No estuvieron en el acto los presidentes de la Generalitat de Cataluña, José Montilla; de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño; ni el de Aragón, Marcelino Iglesias.

Al final de su intervención, Rodríguez Zapatero definió al presidente extremeño como una persona "entrañable", que permite justificar toda una vida dedicada a sus conciudadanos, "y al que se puede decir, de verdad, gracias".

Rodríguez Ibarra, dijo el presidente del Gobierno, se va "contento" por varias razones, entre ellas porque "nunca le ha importado el sillón sino la vida de la gente humilde de esta tierra, y se le nota, y porque sabe muy bien que Guillermo será el próximo presidente de la Junta de Extremadura".

Recordando tiempos pasados, Rodríguez Zapatero aseguró que el presidente extremeño le apoyó desde su decisión de disputar la Secretaría General del PSOE, cuando supo "la sangre que corría por mis venas" y que lo que pretendía no era la victoria en el partido sino contribuir al desarrollo del país.

Al hablar de las críticas que le lanza el PP, Rodríguez Zapatero emplazó a los dirigentes de este partido a "tomar ejemplo" de Guillermo Fernández Vara, capaz de hablar extensamente de sus compromisos "sin tener que atacar ni insultar", porque eso demuestra "que no se tiene nada que decir a la gente sobre sus problemas y sobre su futuro".

Además de a Ibarra, el presidente elogió a todos los extremeños por haber conseguido su desarrollo "con la cabeza alta, con la mirada limpia, con el coraón fuerte y con la honestidad permanente".

Respondiendo a la petición de "acompañamiento" expresada por Fernández Vara para Extremadura, el presidente aseguró que la próxima vez que visite esta comunidad autónoma será para dar luz verde a la alta velocidad.