ETA

ZAPATERO DIALOGARÁ CON ETA SIN PRECIO POLÍTICO, DENTRO DE LA CONSTITUCIÓN Y CON LA LEY DE PARTIDOS

- Asegura que las cuestiones políticas se resolverán sólo entre representantes "legítimos" y que trabajará para que Batasuna, a la que no nombró en ningún momento, acepte las reglas de juego

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció hoy que se va a iniciar un diálogo con ETA sin precio político, dentro de la Constitución, con la memoria de las víctimas, y bajo la vigencia de la ley de partidos.

Rodríguez Zapatero compareció hacia las dos menos cuarto de la tarde en el Vestíbulo principal del Palacio del Congreso de los Diputados, después de que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, concluyera la ronda con los portavoces de todos los grupos con representación parlamentaria.

Comenzó recordando que, el pasado 23 de marzo, ETA declaró por primera vez un alto el fuego permanente y que, por primera vez, ocurría después de tres años sin atentados mortales, y también por primera vez "habiendo desaparecido prácticamente la totalidad de sus acciones".

Subrayó que en distintos periodos de la democracia española se han abierto "expectativas de poder alcanzar el final de la violencia" y los gobiernos sucesivos, tanto los de Felipe González como los de José María Aznar, "intentaron alcanzar la paz".

"No fue posible. Lo intentaron de buena fe", dijo el presidente, y por ello expresó su reconocimiento a los esfuerzos desplegados.

Lo singular de esta ocasión, explicó, "no es tanto lo que ETA ha dejado de hacer", que puede coincidir con las anteriores, "sino lo que los demócratas hemos hecho estos años, defendiendo los valores democráticos, constitucionales", especialmente los ciudadanos.

El objetivo de todos ha sido siempre la erradicación de la violencia en el País Vasco y en el resto de España, dijo, y para ello ha habido "distintos procesos de diálogo y acuerdos entre las fuerzas políticas para fortalecer Estado de Derecho".

En este contexto, el presidente manifestó su reconocimiento "a todos los servidores del Estado de Derecho" por la tarea realizada y la que siguen desempeñando, dejando ver así su convicción de que ha sido elemento clave para llegar al actual momento.

"En estos largos años", explicó el presidente, "todos los gobiernos han intentado alcanzar la paz desde un compromiso amplio de convivencia, manteniendo un principio esencial, que la democracia no va a pagar ningún precio político por alcanzar la paz, y defendiendo que el proceso de pacificación y normalización de País Vasco es una tarea de todas las fuerzas políticas".

Eso se ha recogido en diversas resoluciones institucionales, una de ellas la aprobada por el Congreso de los Diputados en mayo de 2005.

Al amparo de ella, anunció formalmente "que el Gobierno va a iniciar un diálogo con ETA, manteniendo el principio irrenunciable de que las cuestiones políticas sólo se resuelven con los representantes legítimos de la voluntad popular".

Eso fue lo que anunció el ministro de Interior a cada uno de los portavoces, en una ronda de contactos de la que el presidente agradeció la actitud de todos ellos.

Subrayó, además, que "la forma" del anuncio, distinta a todas las con las que se había especulado durante días, es "responsabilidad exclusiva del Gobierno".

"GRAN ACUERDO DE CONVIVENCIA"

El presidente reiteró que el proceso será "largo, duro y difícil", y que se abordará "con decisión y con prudencia, con unidad y con lealtad, y siempre, siempre, respetando la memoria de las víctimas".

Con esas premisas, expuso unos "principios básicos" sobre el futuro del País Vasco, para cuyo cumplimiento apeló a la sociedad vasca.

Dijo, en primer lugar, que los ciudadanos vascos disfrutan "del mayor autogobierno que han tenido nunca en su historia", gracias al Estatuto de Guernica y a la Constitución de 1978, con los que "decidieron libremente su futuro".

"Desgraciadamente, ha persistido la violencia, la coacción y el terror", y ahora "tenemos la oportunidad de poner fin a esta situación".

El Gobierno, aseguró, "respetará las decisiones que los vascos adopten libremente, respetando las normas y procedimientos legales, los métodos democráticos, los derechos y libertades de los ciudadanos, y en ausencia de todo tipo de violencia y de coacción".

El futuro de Euskadi, añadió, "exige un gran acuerdo de convivencia político" con la tesis que él mismo expuso en el debate sobre el llamado "plan Ibarretxe", es decir, "si vivimos juntos, decidimos juntos".

En consecuencia, el Gobierno entiende que los acuerdos entre los partidos vascos "han de alcanzarse con el máximo consenso posible, respetando la pluralidad política de Euskadi, y en igualdad de oportunidades para todas las formaciones políticas".

"Voluntad democrática, sujeción a la legalidad, amplio acuerdo político que recoja el pluralismo de la sociedad vasca. Esas son las reglas, que valen también para la participación en la vida política institucional, para las formaciones políticas", y por tanto, para Batasuna, a la que no nombró en ningún momento.

El Gobierno "mantendrá la vigencia de la ley de partidos", aseguró, pero teniendo presente que el intento de siempre de los demócratas ha sido que quienes no aceptaban la voluntad democrática aceptaran las reglas de juego, "tenemos esa oportunidad y trabajaremos para que eso se pueda consumar".

IMPLICACIÓN DE LA SOCIEDAD VASCA

A la sociedad vasca se dirigió el presidente para dejar claro que la paz "es una tarea de todos, será fuerte si tiene profundas raíces sociales, si abarca al conjunto de la sociedad vasca".

"Por ello, entiendo que los partidos, agentes sociales económicos, sindicales... deben adoptar acuerdos para ese pacto de convivencia a través de los métodos de diálogo que estimen oportunos y a través de métodos democráticos".

Rodríguez Zapatero expresó el compromiso "absoluto" del Gobierno y suyo propio con los valores, principios y reglas de la Constitución de 1978, "que ha representado un éxito colectivo para nuestra convivencia".

Se mostró plenamente consciente de que los ciudadanos tienen un gran anhelo de paz y también la exigencia de máximo respeto a las víctimas del terrorismo y a sus familias. "Como presidente del Gobierno de España, asumo la responsabilidad de colmar ese anhelo de paz y esa exigencia de maximo respeto, reconocimiento a la memoria, al honor, a la dignidad de las víctimas del terrorismo y de sus familias".

Dado que la sociedad española "conoce el alcance de la tarea que tenemos por delante", precisó que desarrollará la labor "con prudencia y discreción" y pidió una especial colaboración de los medios de comunicación, "teniendo en cuenta el alcance del proceso".

Anunció, finalmente, que a finales de septiembre el ministro de Interior iniciará una nueva ronda de contactos con los portavoces parlamentarios para informarles "sobre el proceso".

(SERVIMEDIA)
29 Jun 2006
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