ETA

ZAPATERO ASEGURA QUE PUEDE "OLVIDAR" EL ANUNCIO DE RUPTURA DEL PP, PERO NO SU OBLIGACIÓN CON LA PAZ

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció esta tarde que está "dispuesto a olvidar" las acusaciones del PP sobre el proceso de paz, pero no su obligación de buscar la paz y el final del terrorismo.

Rodríguez Zapatero subió a la tribuna del Congreso de los Diputados de forma excepcional en una sesión de resoluciones tras el debate del Estado de la Nación, para responder al anuncio de Rajoy de ruptura de relaciones con el Gobierno por la reunión anunciada de los socialistas vascos con Batasuna.

Rajoy defendió las resoluciones del PP, incluida la de final del terrorismo, y Rodríguez Zapatero hizo después uso de su facultad de subir a la tribuna en cualquier momento del debate para explicar la posición del Gobierno.

Su finalidad al intervenir el debate, explicó, es que el debate y la democracia por la que tantos años se ha luchado "sirva para buscar acuerdos y consensos, y no para proclamar rupturas, como hemos oido antes".

Recordó en primer lugar que, desde el inicio de la transición, el PSOE "nunca ha expresado ni expresará" una ruptura de relaciones con el Gobierno o con el primer partido de la oposición en ninguna cuestión que afecte al Estado o a la libertad y seguridad de los ciudadanos.

Contradijo después a Rajoy para decirle que "no ha estado mucho tiempo en silencio", porque desde la investidura se ha ejercido tarea de oposición y de control al Gobierno a cuento de la política antiterrorista.

"Yo tampoco estuve en silencio en los cuatro años de oposición. Puse mi palabra, mi firma y mi fuerza democrática al servicio del Gobierno en la lucha contra el terrorismo, cada día y cada minuto", añadió.

Si Rajoy había dicho que su silencio hasta ahora le ha costado críticas, Rodríguez Zapatero subrayó que el PSOE respaldó desde la oposición al Gobierno de modo incondicional, escuchando, incluso, que se ha traicionado a las víctimas.

Además, dijo, se puede recordar lo que algunos dirigentes del PP han dicho en los últimos días, como que el proyecto del Gobierno es el de ETA.

"Estoy dispuesto a olvidarlo, porque se que eso es lo que quiere la inmensa mayoría de los españoles", dijo, pero no olvidará "cuáles son mis obligaciones y responsabilidades como presidente del Gobierno. Salvaguardar la libertad, la seguridad y la vida de los espaoles, y para ello es determinante y decisivo ver el final de la violencia".

Para permitir un debate "racional y objetivo", Rodríguez Zapatero recordó el alto el fuego indefinido declarado por ETA en 1998, cuando gobernaba José María Aznar, y que llegó despues de una dura cadena de asesinatos.

El actual alto el fuego permanente, dijo el presidente, llega después de tres años sin víctimas mortales, una situación "objetivamente muy distinta" a la de entonces.

Rajoy había denunciado el "uso pernicioso" que se está haciendo con las palabras "proceso de paz" por considerar que no es eso lo que existe ahora, y el presidente expuso a la Cámara un documento de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, fechado el 17 de noviembre de 1998, con el encabezamiento "proceso de paz en el País Vasco".

Si entonces existía proceso de paz y ahora esa expresión está "proscrita", existe, efectivamente, no sólo un uso pernicioso de las palabras, sino "un juego hipócrita" por el que esas palabras cambian de significado según se pronuncien desde el Gobierno o desde la oposición.

UN MENSAJE AL BUZÓN DE VOZ

Rodríguez Zapatero recordó que en aquel momento todos los pasos del Gobierno contaron con el respaldo de los partidos, a pesar de que no hubo ningún debate parlamentario. De hecho, explicó que Aznar anunció los contactos con ETA sin comunicárselo al PSOE.

Sólo hubo, veinte minutos antes, un mensaje en el buzón de voz del teléfono móvil de Alfredo Pérez Rubalcaba, interlocutor habitual del PSOE para estos asuntos.

Al día siguiente el PSOE expresó en privado algunas "quejas moderadas" por la forma de ese anuncio, sin cuestionar en ningún momento el fondo del mismo y sin arriesgar el acuerdo básico en el proceso.

Cuando preguntaron a Aznar por esas críticas del PSOE, recordó Rodríguez Zapatero, el entonces presidente alertó de la necesidad de combinar transparencia con la necesaria discreción, y añadió, "si no ha habido medallas antes, tampoco va a haberlas ahora".

Aznar pidió que se distinguiera entre las responsabilidades que se podían compartir con los partidos políticos y las que eran "intransferibles" del Gobierno, y precisó que "dar la señal" para iniciar los contactos era de las segundas.

A diferencia de lo que ocurrió entonces, Rodríguez Zapatero expresó su deseo de compartir esa decisión con el conjunto de la Cámara y por ello "no voy a dar la señal hoy".

El presidente pidió una reflexión al conjunto de los partidos pero, sobre todo, al PP. Con los antecedentes expresados, dijo, "debería reconsiderar" el anuncio de ruptura y tratar de restablecer compromisos, manteniendo la confianza en el final de la violencia, "como mantiene el Gobierno y la inmensa mayoría de esta Cámara".

"MOVIMIENTO DE LIBERACIÓN"

Pese a dejar la mano tendida, Rodríguez Zapatero intercaló ese mensaje con otros en los que dejaba clara su tesis de que el PP mantiene un doble rasero en este asunto.

Recordó que el PP, incluso el propio Aznar, se refirió a ETA como "Movimiento de Liberación Nacional Vasco", afirmación que suscitó los abucheos y protestas del PP y que llevaron al presidente a preguntar a las bancadas populares "por qué tienen miedo de la historia".

En aquel momento, recordó, también se dialogó con representantes de Batasuna, cuya Mesa Nacional estaba en prisión, y se decidió el acercamiento de 143 presos de ETA. "¿Alguien dijo que por hablar el Gobierno estaba pagando un precio político?. No se le pasó ni por la imaginación a nadie, porque todo el mundo jugó seria y lealmente".

El presidente subrayó que los ciudadanos en general, y las víctimas en particular, tienen la esperanza de ver el final de la violencia, pero, sobre todo, tienen el derecho de ver a sus políticos "a la altura de la responsabilidad que merece el pueblo español".

"Hay bases sólidas para abordar un proceso de paz", dijo el presidente, "que nunca tendrá precio político y, cualquiera que lo afirme mentirá".

Ese proceso exige el concurso de todos los partidos, "todos tenemos deberes", en primer lugar el Gobierno, "que procurará hacer las cosas lo mejor posible, no tendrá inconveniente en rectificar, explicar una y otra vez, convocar al diálogo y al entendimiento".

"Por ello, y aún convencido de que existen condiciones para autorizar el inicio de contactos con ETA a fin de ver el fina de la violencia, entiendo que es mi obligación intentar que el amplio apoyo" del que goza esa iniciativa "pueda ser mucho más amplio".

La paz y los ciudadanos, concluyó, merecen el máximo esfuerzo de sus partidos políticos, "lo que no merecen es romper nada entre los demócratas".

(SERVIMEDIA)
06 Jun 2006
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