ZAPATERO ANUNCIA LA MODIFICACIÓN DEL ARTÍCULO REFERIDO AL TÉRMINO "NACIÓN" PARA ENCAJARLO EN LA CONSTITUCIÓN
- Sintetiza su posición: "ni rechazo formal ni aceptación a ciegas", sino diálogo democrático
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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sentenció hoy que la Constitución reserva el término "nación" para el conjunto de España y anunció por ello una modificación del primer artículo de la propuesta de reforma estatutaria de Cataluña.
En un encuentro informativo en el Foro Europa, el presidente subrayó que la Constitución "reserva de forma clara el concepto nación para el conjunto de España".
Eso puede y debe hacerse compatible "con lo que va a representar una fórmula modificada del artículo uno del Estatuto de Cataluña" en la que quedaría plasmada, eso sí, la "fuerte identidad" de los catalanes.
De esta forma, Rodríguez Zapatero dio por hecha una reformulación de ese precepto en el que Cataluña se define a sí misma como nación, aunque no precisó el método a seguir ni avanzó lo que puede ser el resultado final.
"La España constitucional es la mejor nación, donde cabe la indetidad común y la identidad singular de cada territorio", añadió.
Rodríguez Zapatero se mostró convencido de que en Cataluña muchos piensan que son una nación, y en el resto de España también muchos opinan que sólo existe la nación española. "En democracia la verdad de cada uno no es el punto de llegada, sino el de partida".
"Desarmemos los puntos de partida y lleguemos a un punto de llegada" que haga compatible los dos puntos de vista, el reconocimiento a esa fuerte identidad catalana dentro de la nación española.
"NI PARÁLISIS NI PORTAZO"
Desde el comienzo de su intervención, el presidente insistió en que la reforma catalana no está aislada, sino que responde a una aspiración de mayor autogobierno formulada, aunque con distintos matices, por varias comunidades autónomas.
A esa demanda "no se puede responder con parálisis ni con un portazo", advirtió, sino que debe ser encauzado en un proceso de reformas necesariamente complejo pero viable si se afronta "serenamente y con rigor".
Recordó, por ejemplo, que ya en 1979, al redactar su primer Estatuto, Cataluña reclamó la recaudación de todos los impuestos, "no recuerdo gran escándalo", y el modelo quedó como ha estado vigente hasta ahora sin mayores problemas.
Sentenció por ello que esa aspiración "amplísimamente sentida" debe ser tomada con respeto. "Yo tomo con respeto las aspiraciones de todos, catalanes, andaluces y castellanoleoneses", apuntó.
Su posición, en consecuencia, "no es ni rechazo formal ni aceptación a ciegas", sino diálogo democrático y Constitución. La reforma propuesta por Cataluña "no es las tablas de la ley ni una piedra arrojadiza", sino un instrumento para mejorar la democracia pensando en el interésgeneral.
Para lograr ese objetivo que es mejorar la vida de los ciudadanos, "el camino es el diálogo y el espíritu la voluntad de pacto", rechazando posiciones basadas en la "ceguera, la sordera, la tensión y la confrontación".
EL RIESGO REAL
A quienes abogan por esas posiciones les advirtió de que el riesgo para la convivencia no está en la propuesta de Cataluña ni en el debate democrático, sino en "alentar otros conflictos territoriales" que están muy alejados de la voluntad real de los ciudadanos.
Llamó por ello a todos los partidos a contribuir a una reforma "dialogada y pactada para mejorar el autogobierno de Cataluña y el funcionamiento del conjunto, con garantías de cohesión y perspectivas de dar estabilidad al modelo de convivencia".
El presidente ironizó con el hecho de que "los que más presumen de españolismo son los que ven más riesgos", y a esos les solicitó "más confianza" en la sabiduría y madurez de los ciudadanos.
Consideró además "una broma" que se cuestione la capacidad del PSOE para defender la Constitución, cuando este partido ha sido siempre "un pilar inamovible" de sus principios, incluso perdiendo vidas de compañeros por ello.
Pese a esa crítica implícita al PP, el presidente juzgó "deseable" que este partido se sume al consenso para la reforma estatutaria, si bien precisó que las reformas "no pueden estar sólo al albur de una estrategia de oposición muy concreta".
En respuesta a una pregunta muy concreta sobre la posibilidad de que la aceptación del término "nación" para Cataluña facilitara el final de la violencia en el País Vasco, aseguró que ambos procesos no se pueden "comparar ni interrelacionar".
(SERVIMEDIA)
06 Oct 2005
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