En conferencia de prensa conjunta, Annan y Rodríguez Zapatero manifestaron que están trabajando para establecer una "organización de patrocinadores" o un "grupo de alto nivel", según el jefe del Ejecutivo, o un "grupo de sabios", en palabras del responsable de la ONU, que estaría encargado de "producir todo un programa de actuaciones".

El secretario general de Naciones Unidas explicó que ya hay un equipo de trabajo para ver "cómo seguir avanzando" en la propuesta española y que ya "hemos ido ganando terreno".

Rodríguez Zapatero indicó que la "alianza de civilizaciones" es una propuesta de España para Naciones Unidas, pero que ahora ya es cuestión de la ONU y, por lo tanto, "llevará el ritmo, el contenido y el desarrollo que el secretario general de la ONU estime conveniente".

El presidente aseguró que, a partir de ahora, en este proyecto, Naciones Unidas contará con la colaboración de España y de muchos otros países que ya han decidido participar en esta iniciativa.

MARCAR UNA RUTA

"Ahora estamos en la fase de compartir ideas e iniciativas y de sumar personas y personalidades para marcarnos una ruta", prosiguió el presidente.

"Ya hay algunas ideas para contar con algunos países y se irá consolidando y fortaleciendo lo que espero que sea un ambicioso programa para la consecución de esa alianza de civilizaciones como un elemento fundamental del orden internacional nuevo", agregó.

Tanto Annan como Rodríguez Zapatero coincidieron en que se trata de pasar de conceptos como "choque de civilizaciones" y "diálogo de civilizaciones" a otro de "alianza de civilizaciones".

Según el presidente español, esta alianza es un proyecto en el que "las personas y los ciudadanos que forman parte de distintos pueblos, culturas, civilizaciones o religiones se unan para anteponer su condición de ciudadanía universal a su condición de pertenencia a una determinada religión o a un determinado país".

Para Rodríguez Zapatero, su proyecto es "una condición necesaria para ese objetivo de orden internacional justo basado en el Derecho Internacional".

El jefe del Ejecutivo también se refirió a la marcha de la "alianza contra el hambre", que ya está obteniendo como resultados una mayor sensibilización para que los países ricos aumenten sus partidas de ayuda al desarrollo y la elaboración de nuevas fórmulas de financiación de esta ayuda al desarrollo.

En este último apartado, Rodríguez Zapatero mencionó la "imposición de tasas a determinadas transacciones", algo que, de conseguirse, sería, a su juicio, "un salto cualitativo histórico", aunque también reconoció la dificultad de esta medida, porque dependerá "de alguna gran potencia" y de los países desarrollados.