Los convecinos de Miguel Angel Isla, Servando Mayor y Julio Rodríguez mantienen todavía la incertidumbre sobre la identidad de los aseinados.

Aunque los embajadores de España en Zaire y Tanzania y los portavoces de la Congregación Marista continúan barajando la hipótesis de que el vallisoletano Julio Rodríguez pudo haber escapado de la matanza, en su localidad natal, Piñel de Arriba, se respira la inquietud.

El alcalde de Piñel, Juan Angel Treviño, señaló a Servimedia que los padres del misionero sufrieron una gran dolor durante las siete horas en las que se le dio por muerto y "siguen preparados para lo peor".

Treviño solcitó a los medios de comunicación que "suban el volumen de sus micrófonos, alcen sus cámaras y elaboren titulares cada vez más grandes, porque se necesita una intervención que ayude a estos hombres, que han hecho, siguiendo sus ideales, mucho más en todo este tiempo que todos los países ricos".