Díaz hizo estas declaraciones a los periodistas en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), donde visitó la empresa Alstom, cuando se le preguntó por la amenaza de Aragonès de que la legislatura podría acabar tras la divulgación de este espionaje, que arrancó antes de la moción de censura de 2018 pero se prolongó hasta 2020.

La vicepresidenta admitió que “la democracia se encuentra ante un caso de enorme gravedad” y que “no hay que tener ningún miedo a dar todo tipo de explicaciones”, algo que ya apuntó en su respuesta inicial al escándalo. Luego añadió que se trata de “hechos que son graves, sin paliativos”.

En todo caso, garantizó que “el Gobierno de España está trabajando con rigor y con seriedad acerca de esta cuestión”, y, respecto al presidente catalán, señaló que Aragonès “sabe, como lo sé yo, que en momentos complejos el diálogo ha de ser más fuerte que nunca”.

Por eso, Díaz hizo “un llamamiento al diálogo”, reiteró que le consta "que el Gobierno está trabajando” y “abordando esta cuestión con el rigor que se merece”, y sentenció: “Hoy, más que nunca, diálogo, diálogo y diálogo”. Incluso en la mesa bilateral entre los dos ejecutivos: “Hoy, más que nunca, tiene sentido también la mesa del diálogo”, dictaminó.