"La AEFY entiende que existe un interés particular -el de Leche Pascual- apoyado or una parte de la Administración, en perjuicio del interés general, donde se sitúan tanto consumidores como productores y ciudadanos en general", indicó hoy la asociación en una nota de prensa.

Asimismo, la AEFY "no entiende cómo ha podido salir adelante esta modificación, cuando incluso organismos oficiales como el Ministerio de Asuntos Exteriores o el Ministerio de Economía han manifestado sus reparos a este cambio".

Concretamente, el informe presentado por el Ministerio de Economía ante el Cosejo de Estado concluye que "parece un contrasentido, que puede inducir a error al consumidor, denominar como yogur al pasteurizado después de fermentación, por lo que consideramos debiera denominarse de otra manera que no contuviera la palabra yogur".

"Precisamente", añade la asociación, "los consumidores son para la AEFY uno de los sectores más perjudicados, por el confusionismo que generará en ellos el etiquetado con la palabra yogur de un producto que no lo es, ni por su forma de producción, ni po los beneficios prebióticos que aporta, ni por sus características organolépticas y nutricionales, ni por su composición".

APOYO DE LOS CONSUMIDORES

Por ello, la AEFY solicita a las asociaciones de consumidores que ya han manifestado el rechazo al cambio de normativa -CECU, CEACCU y OCU-, y otras como ASGECO y CAVE, así como a otras asociaciones científicas y profesionales contrarias al mismo, su apoyo expreso, presentando también recursos contencioso administrativos contra la orden ministerial.

Además, la AEFY considera que la nueva normativa vulnera el principio de igualdad en el derecho a la libre competencia, en perjuicio del sector lácteo en general, posicionando a las empresas productoras de yogur en clara situación de desventaja frente al fabricante de postres lácteos termizados.

"Dicha desventaja es especialmente patente a la hora de medir costes y tiempos condicionados por la necesidad de frío, tanto para el transporte como para la conservación, de los yogures frescos y vivos, lo qu provocará la invasión de productos importados con esta denominación aumentando la confusión y yendo en detrimento de la economía nacional y del sector lácteo español", argumentó AEFY.

La AEFY considera que "la Administración se ha equivocado con la aprobación de este cambio de norma, ya que va contra los consumidores, los ganaderos, la industria y contra los intereses generales del país".