Al dar cuenta de la decisión, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, aprovechó para reiterar su convencimiento de que en Galicia son necesarias más autopistas, además de la que ya une La Coruña y Vigo. También apuntó que no se ve otra forma de financiar estas vías más que recurriendo a la iniciativa privada y a las aportaciones de los usuarios mediante el pago depeajes.

Según el estudio previo, en la actual carretera nacional de Orense a Santiago de Compostela hay una circulación de 10.000 vehículos cada día, de los que un 17% corresponde a tráfico pesado.

Las características de la carretera y la intensidad de la circulación hace que el nivel de servicio se caracterice por las bajas velocidades y circulación inestable, lo que motiva colapsos circulatorios ante la más mínima perturbación.

Según la Xunta, la construcción de una autopista entre Santiag y Orense repercutirá notablemente en la mejora del tráfico, reduciendo costes generales del transporte y garantizando un reparto más adecuado del tráfico.

Otro de los argumentos barajados por el Gobierno gallego para justificar una posible autopista entre Santiago y Orense es la constatación de que algunos tramos de las autovías que unirán las ciudades de La Coruña y Vigo con Benavente, a través de Lugo y Orense, respectivamente, tienen un tráfico previsto inferior en un 50% al soportado actualmente n el corredor Santiago-Orense.

La primera autopista iniciada por la Xunta es la que unirá La Coruña y Carballo. Iba a ser gratuita, pero el Gobierno gallego se ha inclinado ahora por contratar el último tramo a una empresa que desee también gestionarla cobrando peajes.