Pese a que el "Plan Ibarretxe" se presenta como una reforma estatutaria, "de su contenido se desprende claramente que estamos ante el mayor desafío al que se ha enfrentado la Constitución Española de 1978 en sus 26 años de vigencia", dice la declaración aprobada por el Consejo de Gobierno.

La preocupación es mayor, añade, porque esa propuesta es expresión "esclusiva" de los nacionalistas "impuesta" a la otra mitad de la sociedad vasca, y que ha requerido para su aprobación el respaldo de personas a las que el Tribunal Supremo situó dentro del entramado de ETA.

La Xunta alerta a los gallegos de que esta iniciativa les afecta porque amenaza el principio de indisolubilidad de la unidad de España y el de solidaridad entre todas las nacionalidades y regiones que la integran.

Reitera por todo ello su respaldo a las instituciones consagradas en la Constitución y llama a los gallegos a evitar la imitación de "maximalismos soberanistas" y seguir apoyando al vigente marco estatutario.

"Un marco que es susceptible de ser mejorado a través de su reforma, pero siempre desde el consenso y el respeto al espíritu de nuestras normas fundamentales", precisa.

La Xunta expresa su intención de colaborar con el Estado "en la defensa del orden constitucional y de la unidad de España" y pide a los gallegos que afronten conjuntamente este "desafío que representa un proyecto de reforma claramente rupturista para nuestra pacífica convivencia".