González afirmó ayer, en una rueda de prensa conjunta con el presidente francés, Jacques Chirac, que no se dejará arrastrar por la "corrient psicológica" que impera internacionalmente en contra de Francia por la reanudación de los ensayos nucleares.

Según Felipe González, España, como presidenta de la Unión Europea durante el segundo semestre de este año, está obligada a mantener una actitud de "solidaridad y respeto" hacia todos los miembros de la UE.

Xavier Pastor dijo que "no se puede hablar de solidaridad con Chirac cuando el presidente francés no ha mostrado la menor solidaridad con el resto de países que le pedían paralizar laspruebas".

El presidente de la oficina española de Greenpeace sugirió a Felipe González que sea solidario con los planteamientos de otros miembros de la UE, como Dinamarca, Austria, Suecia, Luxemburgo Irlanda y Holanda, que se han opuesto radicalmente a las pruebas nucleares.

Asimismo, mostró su sorpresa ante el doble lenguaje que utiliza el PSOE en relación a este asunto, ya que mientras los miembros del Gobierno se muestran comprensivos con las pruebas nucleares, algunos parlamentarios socialists han firmado manifiestos contra las mismas.

"ESQUIZOFRENIA PATETICA"

"Cuando Felipe González habla de que mantiene una postura seria en relación a esta polémica", agregó Pastor, "no sabemos si quiere decir que los que nos oponemos a los ensayos no somos serios y la seriedad es patrimonio suyo y de su Gobierno, y tampoco sabemos si está llamando poco serios a los diputados del PSOE que firmaron contra las pruebas".

El máximo responsable de Greenpeace recordó que hace unos días pudo comprobar enuna visita a Barcelona cómo el Partido Socialista de Cataluña había inundado la ciudad de pancartas con el lema "Bombas no, ni aquí ni en el atolón".

"Es un doble lenguaje, una esquizofrenia patética la que exhiben los miembros del PSOE, que a veces se manifiestan muy radicalmente contra los ensayos y después muestran su comprensión y solidaridad con ellos", lamentó Xavier Pastor.

El presidente de Greenpeace indicó que tras la compresión de Felipe González hacia el Gobierno francés es posible quese encuentren intereses políticos y económicos, como el 'caso GAL', el tren de alta velocidad y la compra-venta de helicópteros para el Ejército español.