Los ecologistas denuncian la pasividad de la Junta de Andalucía ante esta infraestructura ilegal, ya que, según indicaron, "no ha sido capaz de aportar solución alguna ni a este hecho concreto ni a la dramática situación en la que se encuentra el lince en el Parque Nacional".

Según la organización, al aumentar el número de asentamientos en territorios alejados de Doñana, la especie está más expuesta a todo tipo de amenazas, ya que este camino, que representaba el límite septentrional de la población de lince, ahora fragmenta el mejor núcleo reproductor.

WWF/Adena informó de que entre los años 1996 y 2000 murieron en Doñana 17 linces con una media de 3,4 al año, mientras que en los últimos cinco años han muerto ya 23 ejemplares con una media anual de 4,6 ejemplares.