Según el informe, el sistema de banderas de conveniencia proporciona una cobertura perfecta a la pesca ilegal, no declarada y no regulada, que se calcula supone un 30% de las capturas totales y que está valorada en unos 1.200 millones de dólares a nivel mundial.

La organización ecologista alerta de que, además de amenazar los "stocks" pesqueros, la pesca pirata supone también un serio problema de captura accidental de tortugas marinas, albatros, tiburones y otras muchas especies.

Se estima que el negocio de la pesca ilegal mueve unos mil millones de euros al año, aunque sólo cueste unos pocos cientos de euros comprar una bandera de conveniencia, lo que permite operar prácticamente sin control.

El informe indica que la Unión Europea es la primera potencia en el mundo en el uso de banderas de conveniencia -de países como Belice, Honduras, Panamá, etc.-, y España acapara aproximadamente la mitad del total de la UE.