Este día, presentado por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas, conmemora los trágicos acontecimientos del 19 de agosto de 2003, cuando 22 trabajadores humanitarios perdieron la vida en un atentado contra la sede de la ONU en Bagdad (Irak).

La ONG afirmó que, tras 20 años, la labor humanitaria se ha ampliado “considerablemente”. Entre otros datos señaló que 339 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en 2023, un 25% más que en 2022. Añadió que entre 691 y 783 millones de personas en el mundo pasaron hambre en 2022.

Por otra parte, World Vision apuntó que el desplazamiento forzado no muestra signos de desaceleración con 103 millones de personas desplazadas en el mundo. Alrededor de dos tercios de las personas refugiadas y solicitantes de asilo proceden de países con crisis alimentarias, mientras que las catástrofes y los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y sequías, provocan la mayoría de los desplazamientos forzosos en todo el mundo, subrayó.

Respecto a los conflictos violentos, indicó que siguen cobrándose un elevado número de víctimas civiles, particularmente niños, que son especialmente vulnerables. Asimismo, la violencia contra los trabajadores humanitarios va en aumento y el 98% de los asesinados trabajaban en su propio país.

Por último, señaló los efectos del conflicto, el cambio climático y las actuales repercusiones socioeconómicas indirectas de la covid-19 como causantes de perjuicios en las vidas de las personas y las comunidades, al tiempo que crean nuevos focos de hambre y empeoran los ya existentes. World Visión destacó que todo ello aumenta la necesidad de ayuda humanitaria y de trabajadores humanitarios.