La organización denunció, junto a otras asociaciones de consumidores europeas, el sistema imperante en los concesionarios de automóviles, que permite a las maras fijar precios diferentes para un mismo modelo en cada país de la UE, en contra del principio de mercado único y de la libre circulación de bienes, servicios y mano de obra.

En este caso, entre 1993 y 1996 el fabricante de coches germano impidió que sus concesionarios de Italia vendieran coches a ciudadanos comunitarios no italianos y que éstos se beneficiaran de la debilidad de la lira comprando modelos Volkswagen más baratos que en Alemania o Francia, por ejemplo.

"En realidad, es una mula que no soluciona el problema denunciado, y que desde luego en ningún caso va a satisfacer o va a restituir el daño producido a los consumidores", señaló hoy a Servimedia José María Múgica, portavoz de la OCU.