Los españoles destinan entre un 25 y un 39 por ciento del total de su gasto a vivienda y demás gastos asociados (electricidad, agua, gas), dependiendo del nivel de renta. Pero, a dferencia de otros grupos de productos o servicios, como la alimentación, cuyo porcentaje del gasto familiar disminuye a medida que aumenta el nivel de renta, con la vivienda sucede un fenómeno curioso, según destacó hoy en rueda de prensa Rebollo, profesor de la facultad de Económicas de la Autónoma de Madrid.

Si se dividen los hogares españoles en 8 grupos por su nivel de ingresos, el grupo 1, el más pobre, dedica un 39% de los mismos a pagar y mantener su vivienda. Los grupos siguientes reducen su efuerzo hasta el grupo 4 de ingresos, que emplea el 25% de su gasto en vivienda. Pero a partir del grupo 5 (familias más ricas), el porcentaje dedicado a vivienda aumenta, si bien ligeramente, hasta llegar al 27% en el grupo más pudiente económicamente.

Es decir, los más pobres y los más ricos coinciden en España en dedicar el mayor porcentaje de su gasto a la vivienda, si bien por razones muy diferentes. Mientras que los más humildes por necesidad, los más afortunados por ahorro o inversión, ya que elladrillo es una forma segura y muy rentable de inversión.

En cambio, la alimentación representa el 24% del gasto de las unidades familiares más modestas y sólo el 11% de las más ricas. En el resto de apartados (transportes, comunicaciones, salud, restaurantes, etcétera) el porcentaje de gasto aumenta con el nivel de ingresos.