Tanto el fiscal como la acusación particular mantuvieron sus peticiones iniciales de 26 y 30 años de cárcel, respectivamente, para la acusada, que era socia de la madre del niño asesinado y residía en el mismo bloque de edificios de La Coruña.

En sus conclusiones definitivas, el fiscal Ramón García Malvar estimó que la muerte de Pablo Rodríguez fue "un asesinato desalmado y cruel", perpetrado por Pilar Mazaira para vengarse de la madre de la víctima.

Por ello, ademá de los 26 años de cárcel, pidió 20 millones de pesetas en concepto de indemnización para los familiares de la víctima. "No merece piedad ni consideración, porque tampoco ella la tuvo con ese niño", señaló el fiscal.

Las acusaciones particulares coincidieron con el ministerio público en la calificación de asesinato, pero estimaron que en el crimen medió el agravante de abuso de confianza, por lo que solicitaron 30 años de prisión.

Por su parte, la abogada defensora, María Luz Canal, dijo que la pocesada ya ha sido condenada socialmente a través de los medios de comunicación y consideró que no hubo premeditación ni alevosía en la conducta de su patrocinada, de la que dijo que tienen perturbada sus facultades mentales.