Los incidentes tuvieron lugar antes de las once de la mañana cuando varias unidades de la Policía Autónoma Vasca cargaron sobre los trabajadores de la empresa tubera, de las factorías de Amurrio y LLodio, a la entrada de la fábrica que se habían reunido allí para celebrar una asamblea y decidir un nuevo calendario de movilizaciones.

Como consecuencia de la carga policial, cinco trabajadores resultaron heridos de diversa consideración y fueron traladados a diferentes centros hospitalarios. El Comité de empresa presentó una denuncia contra la Policía Autónoma por supuestas agresiones.

Los trabajadores acusaron a la policía de dar una paliza a uno de sus compañeros y de utilizar una violencia desmedida. También denunciaron que uno de los agentes les manifestó que "os tenían que echar de Euskadi a todos los andaluces".

Por su parte, los operarios de Tubacex en la factoría de Amurrio, antes de acudir hasta LLodio, también protagonizaron diveros incidentes quedando cortado el tráfico ferroviario.

Los trabajadores colocaron una barricada incendiada en la via del tren y procedieron a cortar con sopletes los railes. Tras esto, los antidisturbios de la Ertzaintza procedieron a cargar contra los trabajadores quienes, a su vez, respondieron lanzando piedras, bolas con tirachinas y cohetes.

Desde Renfe, se esperaba que, a primeras horas de la tarde quedase restablecido al tráfico ferroviario después de haber sustituido los railes cortados po otros nuevos.

Después de los incidentes, primero en Amurrio y después en LLodio, la calma era la tónica general. La asamblea, aplazada por los incidentes, se celebró poco después con total normalidad. Al finalizar, los trabajadores se manifestaron pacíficamente por LLodio donde una delegación del comité de crisis de la empresa intentó reunirse con el alcalde.