La violencia de género se cobró 47 víctimas entre marzo de 2003 y marzo de 2004, cifra que se ha reducido a 11 durante los últimos 11 meses.

Los responsables de Scotland Yard creen que este descenso se debe en gran medida a un sistema de detección temprana que ayuda a los agentes a identificar a los potenciales agresores y homicidas antes de que cometan el delito, y que ya ha sido adoptado por los cuerpos de policía de otras localidades de Gran Bretaña, donde se espera su aplicación a escala nacional en breve.

El nuevo procedimiento se ha basado en el análisis de 35casos de homicidio y 420 de malos tratos, gracias a los que se detectaron una serie de situaciones en las que se producían mayor número de agresiones y hacían prever futuros incidentes.

El análisis reveló que en un 30% de los casos de malos tratos la víctima estaba embarazada, por lo que esta situación se consideró como un indicador de riesgo. Los comportamientos obsesivos como seguir o llamar repetidamente a la pareja o ex pareja, y el historial previo de agresiones físicas o sexuales, se consideró otro indicador de riesgo.

Los autores del estudio aconsejaron dar prioridad a los casos en los que existían disputas por la custodia de los hijos y a aquellos en los que la denunciante pertenecía a comunidades culturales en las que no es habitual acudir a la policía para denunciar un delito.

Cuando la policía interviene en un incidente de violencia doméstica plantea una serie de preguntas a la víctima, basadas en estos indicadores, para evaluar el riesgo de que se produzcan nuevos ataques. Si el resultado muestra un elevado riesgo de que el incidente se repita, el agresor es encarcelado o se ofrece protección a la agredida.

Estadísticas de la policía londinense revelan que los hombres que cometen actos de violencia de género son responsables del 24% de los delitos violentos en la ciudad, y la mitad de ellos cometen otros delitos fuera del hogar.

La violencia doméstica es la causa de un 25% de los homicidios en este país.