Mientras, los fuegos del Macizo del Garraf y de Sant Martí de Sarroca ya han sido controlados. La superficie destruída en Cataluña por los incendios en los últimos cuatro días es de unas 7.000 hectáreas.

En la sierra de Llaberia trabajan todavía varias decenas de coches de los Bomberos e hidroaviones, después de que el viento reavivara esta tarde cuatro focos distintos e impidiera poder contrlar el incendio.

Uno de los frentes que más dificulta el trabajo es el que se dirige al término de Capçanes (Tarragona), ya que se trata de un terreno muy abrupto.

Este incendio ya ha devastado unas 1.500 hectáreas de pinos, según la Generalitat, aunque los alcaldes de las poblaciones más cercanas al lugar del siniestro (Tivissa, Pratdip y Vandellós) aseguran que la extensión calcinada es de 2.000 hectáreas.

Un total de 90 personas de los 275 chalés del término de Planes de Rei, cerca de Pradip, fueron desalojadas ayer como medida preventiva por si las llamas llegan a sus viviendas.

Por otro lado, los otros dos grandes fuegos que azotaban Cataluña desde el pasado sábado, en el Macizo del Garraf, cerca de Sitges, y en Sant Martí de Sarroca, pudieron ser controlados este mediodía. No obstante, hay aún 40 vehículos de los bomberos en el lugar del primero y 25 en el segundo para evitar que se reaviven las llamas.

El incendio del Garraf, originado el pasado sábado en Olivella y Olesa de onesvalls, ha destruido la mitad de la vegetación del parque natural, unas 5.000 hectáreas de pinos comunes, blancos y arbustos que habían vuelto a crecer después de sufrir otro gran incendio en 1982.

Asimismo, casi 100 hombres, 4 hidroaviones y 4 helicópteros participan en las tareas de extinción del fuego declarado el domingo en Sant Martí de Sarroca, que ya ha calcinado 600 hectáreas.

Las previsiones meteorológicas apuntan a que en las próximas horas los vientos, que ayer llegaron a los 100 kiómetros por hora, amainarán.