La expectación suscitada por el encuentro,que TVE-1 ofreció en directo a las dos media de la tarde, ya que de su resultado dependía en buena parte la presencia de nuestro combinado en el Mundial, motivó que más de la mitad de la gente que en ese momento veía la televisión sintonizasen el partido. El espacio tuvo una cuota de pantalla del 57,3 por ciento.

Sin embargo, y a pesar del resultado positivo para España (1-3), el análisis de audiencia demuestra que la repetición del partido en diferido, pasadas las once de la noche, no supuso un increento de telespectadores, sino que la cifra de seguimiento se situó en 1.006.000 personas y una cuota de pantalla del 12 por ciento.

La explicación de esta diferencia radica en dos factores: que mucha gente prefirió verlo en el mismo momento en que se decidía el partido realmente, y que por la noche el fútbol tuvo que competir con otros progrmas de más audiencia.