"Es un acto triste porque hay algo que ningún reconocimiento puede hacer olvidar y es que, por mucho reconocimiento que podamos hacer, por mucho impulso que podamos poner en ello, no podemos devolver la vida a quiene la han perdido y no podremos cubrir nunca el abismo que ellos han dejado en sus vidas", dijo el jefe del Ejecutivo.

En sus breves palabras, se refirió al atentado de ETA que él mismo sufrió en 1995 y dijo que es muy consciente de ello, "muy especialmente porque sé que tengo la fortuna de poder dirigirme a ustedes esta mañana y de no ver a ninguno de mis familiares aquí, entre ustedes".

Aznar dirigió un mensaje de esperanza a los familiares de las víctimas y explicó que "no se hace por casualidad este acto en el Congreso, "la casa de la palabra, de las libertades, de la democracia".

"Tengamos el coraje suficiente, la voluntad necesaria, y pongamos la esperanza que necesitamos para avanzar definitivamente en nuestra tarea y acabar definitivamente con el terrorismo. Jamás en España el terror o la tiranía se impondrá sobre la libertad y sobre la democracia y el ejemplo de aquellos que dejaron su vida por nuestras libertades, y el ejemplo de sus familiares, nunca lo vamos a olvidar", concluyó.

Aznar pronunció estas palabras justo antes de proceder a entregar, junto con otras altas autoridades del Estado, las medallas a 300 familiares de víctimas del terrorismo. El acto estuvo cargado de gran emotividad, ya que las medallas fueron entregadas una a una a los familiares previa mención del fallecido.