VIAJE REAL. EL REY DICE QUE EL PROTOCOLO ESTA PARA SER ROTO VALLECAS LE PIDE UN OJO A BARRANCO
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El segundo día de la visita de los Reyes al su de Madrid contó con el aliento de miles de madrileños que siguieron su recorrido y con la participación de diferentes líderes vecinales que provocaron que el protocolo y los horarios previstos saltaran por los aires.
A pesar de que todo parecía controlado milimétricamente y de que la llegada a la sede de la CAM estaba prevista a las 13,30 horas, el acto final se inició cerca de las 15 horas.
En la primera parte del recorrido, en la torre de la antigua Colonia de San José (Vallecas), varios dirigntes vecinales expresaron al Rey su preocupación porque no daría tiempo para explicarle todo, lo que fue respondido por el monarca en el sentido de que no importaba el tiempo ni el protocolo, porque éste estaba para ser roto. Esta muestra de tolerancia del Rey fue refrendada por la Reina.
Esta es una de las numerosas anécdotas del día de hoy. Otra a destacar fue el recuerdo del Rey cuando visitó las chabolas, al señalar que el visitó estas zonas sureñas de Madrid en los años 50, acompañado a un padre ominico, cuñado de Joaquín Ruiz Giménez.
Otra de las anécdotas ocurrió en la entrada de La Celsa, cuando un vecino de El Pozo llamó gritando a Juan Barranco, ex alcalde socialista de Madrid y ex vecino de Vallecas, pidiéndole un ojo.
Ante la incredulidad de Barranco, el ex alcalde se dirigió al joven para conocer su petición, consistente en una ayuda para que la CAM le diese un ojo que había perdido por una infección, ya que el INSERSO le había negado la protesis, según dijo.
Al final, Barraco le expuso el problema a Pedro Sabando, consejero de Salud, quien se interesó por el caso del joven sin ojo ("lo perdí por una infección en la muela del juicio"), al que dio su teléfono de la consejería.
Según la decisión del Rey de romper el protocolo, sus majestades no pararon de estrechar manos a los vecinos que por miles se lo solicitaban y de escuchar las reivindicaciones de todos los que se las querían exponer. Donde más quedó roto el protocolo fue en La Celsa, porque todos los gitanos y gitans les decían: "Habla con nosotros".
(SERVIMEDIA)
13 Dic 1994
SMO