VIAJE DEL PAPA. LOS SERVICIOS SANITARIOS ATENDIERON A MAS DE 2.000 PERSONAS QUE SUFRIERON LIPOTIMIAS EN LA PLAZA COLON
- Una avioneta de la Agrupación Ruiz-Mateos sobrevoló la zona con una pancarta en la que se leía "No al aborto"
- Juan Pablo II fue presentado desde el altar como "El Papa más moderno"
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Los efectivo de Cruz Roja, Protección Civil y Samur tuvieron que multiplicar sus esfuerzos para atender a las más de 2.000 personas que sufrieron deshidrataciones y lipotimias antes y durante la misa que ofició el Papa hoy en la madrileña plaza de Colón.
Los puestos de socorro tuvieron que ampliarse y en el paseo de Recoletos las aceras sirvieron para acoger a los centenares de jóvenes y adultos que requirieron asistencia médica.
Los más de 100.000 litros de agua distribuidos en bolsas de plástico y a travésde los depósitos móviles instalados por el Canal de Isabel II no fueron suficientes para evitar los desmayos y las deshidrataciones.
La mayoría de estas personas eran chicas jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 13 y los 17 años, aunque también fue necesario atender a adultos de ambos sexos.
Centenares de miles de personas ocuparon el paseo de Recoletos hasta las inmediaciones de la plaza Cibeles, la calle Génova, el Paseo de la Castellana, la propia plaza de Colón y la calle de Serrano.
nte la imposibilidad de ver de cerca el altar desde donde Juan Pablo II ofició la misa, muchas personas la siguieron desde las pantallas gigantes instaladas en Recoletos, Castellana y Génova.
Además de las habituales lipotimias, se registraron casos más graves que obligaron a los servicos sanitarios a trasladar a los enfermos a centros hospitalarios de la capital.
Rafael Noja, responsable de Protección Civil en la Delegación del Gobierno de Madrid, aseguró a Servimedia que a las siete de la tardese había trasladado a dos personas al Hospital Gregorio Marañón, como consecuencia de un ataque de asma y una luxación; otra al Clínico, por un infarto, y una cuarta al Hospital de la Concepción, por un esguince.
Paraguas, gorras y banderas con los colores vaticanos, camisetas con la imagen del Papa y pancartas con lemas variados llenaron los alrededores de Colón, donde los cientos de miles de asistentes permanecían de pie o sentados en bancos, sillas o cajas de cartón.
"JUANPA, NOS VA TU ROLLO"
En las pancartas se podía leer frases como "Todos con el Papa", "Los jóvenes saludan al Papa" o "Bienvenido Juan Pablo II", así como otras que escapaban de todo formalismo y exhibían lemas como "Juanpa, nos va tu rollo".
Banderas con los colores colores vaticanos (amarillo y blanco), españolas y de otros países, como Estados Unidos, Canadá y Polonia, ondearon toda la tarde cerca del altar.
Juan Pablo II, que llegó a Colón a las seis y cinco de la tarde y fue presentado desde el altar como "el Paa más moderno", fue recibido con aplausos, confetis y gritos de "Juan Pablo II, te quiere todo el mundo".
Las ovaciones más sonoras, después de las que recibió el Papa, fueron para Enrique de Ossó -el nuevo santo canonizado por Juan Pablo II- y la infanta Elena, que representó a la Familia Real en el acto.
Entre los asistentes había la más absoluta variedad: religiosos, jóvenes en cuyas camisetas aparecía escrito el lema "El Papa viene a verme", grupos de sordomudos a los que un intérprete les trdujo la misa o turistas sorprendidos, que convirtieron la inmediaciones de la plaza de Colón en una multitudinaria concentración.
LOS TENDEROS HICIERON "EL JUNIO"
El ambiente festivo, la enorme cantidad de gente que se concentró en la zona y las altas temperaturas registradas hicieron que el acto "disparara" las ventas de los quioscos, las terrazas de Castellana y los tenderos que aprovecharon la ocasión para hacer un buen negocio.
Algunos incluso cogieron las neveras de playa que guardan en su casas y optaron por enconmendar a estos objetos un objetivo estrictamente lucrativo.
Refrescos a 400 pesetas, camisetas con la imagen del Papa a 800, las banderas con los colores del Vaticano o España costaban 300, las gorras 600 y los imperdibles 300. No obstante, no existía monopolio y según se avanzaba hacia Colón los precios subían. A 150 metros del altar la camista costaba 800 y a 300 metros 1.000 pesetas.
José María Ruiz-Mateos no permaneció al margen del histórico acto. Una avioneta con ua pancarta que en la que se podía leer "No al aborto. Agrupación Ruiz-Mateos" sobrevoló la zona constantemente desafiando a los helicópteros de las fuerzas de seguridad.
En las carreteras de la capital la situación era menos complicada. A pesar de las calles cortadas en torno a Colón, la circulación por el centro, la calle de Alcalá y la plaza de Cibeles era fluida.
(SERVIMEDIA)
16 Jun 1993
GJA