La ceremonia, que comenzó a las 17.30 horas de la tarde, se celebró en el Pabellón de Deportes San Pablo de Sevilla y a ella asistieron unos 9.000 fieles que soportaron con abanicos una temperatura cercana a los 28 grados.

El pabellón había sido preparado con la escenografía apropiada que la cermonia exigía: los techos y el fondo del altar estaban cubiertos con toldos con los colores vaticanos, mientras el suelo del escenario brillaba en amarillo con el sillón del Papa al fondo.

Del total de sacerdotes ordenados, dos son filipinos, uno de Colombia y un australiano. El resto son españoles, con una edad media de 27 años: 10 de Sevilla, 3 de Cádiz, 4 de Córdoba, 5 de Granada, 5 de Madrid, 1 de Cuenca, 3 de Jaén y 2 de la provincia franciscana de Granada. Uno de ellos es un sacerdote minusválido Los presbíteros cobrarán a partir de ahora un sueldo de 37.000 pesetas.

Los congregados rompieron en un clamor cuando el Papa hizo su aparición en el pabellón. En dirección al altar, Juan Pablo II bendijo a dos minusválidos que se encontraban en sillas de ruedas en primera fila, junto a otros 400 enfermos que asistieron a la ceremonia.

CARIDAD PASTORAL

Tras los coros, que entonaron diversas cantos, y la intervención del arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, en su intervención el Papa consideró l Eucaristía y el sacerdocio como dos realidades íntimamente ligadas y exhortó a los nuevos presbíteros a que den testimonio de una "inmensa caridad pastoral".

También aludió al Concilio Vaticano II para subrayar la caridad pastoral como base del sacrificio eucarístico y como ejemplo de la solidaridad que fluye del sacrificio eucarístico.

"La Eucaristía no es un rito desvinculado de la vida, debéis de impulsar una acción pastoral que arrastre a los fieles hacia la conversión personal, para lo cualhabréis de dedicar al ministerio del perdón todo el tiempo que sea necesario con generosidad", señaló en la homilía. Y añadió: "Procurad creer lo que leéis, enseñar lo que creéis y practicar lo que enseñáis".

Igualmente, les recordó que su testimono como sacerdotes ha de ser siempre evangelizador, para "que los pobres y más olvidados sientan la cercanía de la solidaridad fraterna y para que los tratados injustamente hallen defensa y ayuda".

Tras el acto, Juan Pablo II mantendrá un encuentro con ls jóvenes desde el balcón del Palacio Arzobispal, residencia papal durante su estancia en Sevilla, y desde donde improvisará unas palabras de ánimo para que los jóvenes españoles impulsen su fuerza cristiana.