En su sexto discurso que ofrece durante esta visita, el Pontífice reivindicó la Eucaristía como un compromso en favor de los pobres y aprovechó el rezo del Angelus para anunciar la sede del próximo 46 Congreso Eucarístico, que tendrá lugar en 1997 en la ciudad de Wroclaw, en el suroeste de Polonia.

Un total de 1.400 sacerdotes concelebraron la misa de este acto, en la que el papa volvió a insistir en el papel primordial de los misioneros españoles en la implantación de la Iglesia en el nuevo mundo y en las injusticias que hay.

En el contexto del V Centenario de la Evangelización de América, el Papaaprovechó el acto para reiterar su llamamiento a la solidaridad y expresar que "si echamos una mirada alrededor de nuestro mundo, aunque pregone más que nunca la necesidad de justicia, aparece marcado por las injusticias y las diferencias", dijo.

A su juicio, esta situación se opone al ideal de Comunión cristiana, ya que la Eucaristía entraña un compromiso en favor de de los pobres y resulta una contradicción inaceptable comer indignamente el cuerpo de Cristo desde la discriminación.

El Sacrameto de la Eucaristía "no se puede separar del mandamiento de la caridad, no se puede recibir el cuerpo de Cristo y sentirse alejado de los que tienen hambre y sed, son explotados o extranjeros, están encarcelados o se encuentran enfermos", afirmó.

EL PROXIMO CONGRESO EN SU POLONIA NATAL

Por otro lado, Juan Pablo II anunció que el 46 Congreso Eucarístico se reunirá en su Polonia natal, país de la Europa del Este a la que se refirió como una zona de Europa "donde tras una dura prueba ha renacido la liertad".

El Papa confió en la protección de la Vírgen de Czestochowa, para la preparación de un congreso que pretende, según sus propias palabras, dar un renovado impulso a la acción de la Iglesia, particularmente en los países de la Europa central.

ESTRICTA SOLEMNIDAD

La Asamblea Universal de la Statio Orbis, que ha sido celebrada por 200 cardenales y obispos y 1.400 sacerdotes, fue seguida con una estricta solemnidad por los más de 700.000 asistentes, entre los que se encontraban 2.000 enferms y varios cientos de minusválidos.

Sin embargo, el Papa llegó a laexplanada del campo de la Feria, el mismo lugar donde hace once años celebró la beatificación de Sor Angela de la Cruz, 30 minutos antes de iniciarse la ceremonia, por lo que tuvo tiempo suficientepara recibir el cariño de las personas congregadas mientras recorría el recinto en su "papamóvil".

Antes, Juan Pablo II oró frente a la imagen de la Inmaculada, Vírgen pura y limpia de la Hermandad del Postigo del Aceite de Sevilla, ue presidia el altar.

Segundos después llegaron los Reyes de España, acompañados de sus hijos y de la madre de Don Juan Carlos, María de las Mercedes, todas vestidas con mantilla negra, excepto la Reina, que tiene el privilegio de llevar mantilla blanca.

Ocho idiomas oficiales, entre ellos el coreano, han sido utilizados durante la celebración de la misa, que se ha prolongado por espacio de más de tres horas.

El Papa ha dado la comunicón a 80 personas, mientras 1.200 sacerdotes la han distriuido entre los asistentes. Para este acto, la fábrica sevillana de cerámicas de La Cartuja ha elaborado 1.200 copones para el congreso.

Los 300 intregrantes de la orquesta y coros, ubicados a la derecha del altar, que ocupaba una superficie de más de 1.000 metros cuadrados, han puesto el acento celestial con sus cantos.

Sevilla se ha convertido durante esta semana en la capital de la cristiandad al acoger un encuentro en el que han participado más de 7.000 congresistas, y que ha profundizado en a Eucaristía y la Evangelización bajo el lema de "Cristo, luyz de los pueblos".

Los organizadores esperan alcanzar más de 100 millones de pesetas en la colecta de la misa celebrada con motivo de la clausura, dinero que irá íntegro a las arcas del Proyecto Hombre, iniciativa dirigida a ayudad a los toxicómanos a salir de la droga.