VETAR LAS IMPORTACIONES DE ARTICULOS FABRICADOS POR NIÑOS SOLO SIRVE PARA AUMENTAR LA POBREZA, SEGUN UN ESTUDIO
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Prohibir la importación de artículos fabricados con mano de obra infantil es contraproducete y, en lugar de mejorar la situación de los niños en los paises pobres, sólo contribuye a empeorarla.
Esta es la conclusión del estudio "La controversia sobre el trabajo infantil y el comercio internacional", del profesor de Economía Mundial de la Universidad de Deusto-Este Asier Minondo Uribe-Echevarría, que difunde el último Boletín de Información Comercial Española, una publicación oficial del Ministerio de Economía.
El estudio señala que los niños de paises pobres que trabajan en empresas ddicadas a la exportación no superan el 7% del total de la población infantil empleada (un 5% en minería y manufacturas, y un 2% en agricultura).
Prohibir a los niños (menores de quince años, según las reglas de la OIT) que hagan esos trabajos, como hizo el senador norteamericana Tom Harkin en 1992, tendría una escasa incidencia en la mejora de los salarios de los trabajadores adultos y "los niños expulsados de las empresas exportadoras pueden acabar incorporándose al sector informal, en donde las condciones de empleo son peores y los niños son más difíciles de supervisar y proteger".
Un ejemplo ilustrativo es el del Bangladesh de los años 90, en donde, "ante la amenaza de la introducción de la Ley Harkin, los fabricantes de prendas de vestir expulsaron alrededor de 50.000 niños menores de 16 años. Aunque algunos pudieron encontrar trabajo en otras empresas, muchos de ellos tuvieron que trabajar como picapedreros, vendedores ambulantes o prostituyéndose, actividades aún más perjudiciales física y mralmente que el trabajo en las empresas textiles".
El estudio considera que también es un error, para acabar con el trabajo forzoso de los niños, la política de otorgar preferencias comerciales para vender en los estados ricos a los paises pobres que no usan mano de obra infantil.
"De hecho", señala, "estas políticas, aún cuando puedan tener una motivación ética, se convierten en velados instrumentos de protección comercial. El camino que habría que seguir para mejorar la situación de los niños e el mundo no es limitar el aceso al mercado, sino mejorar el acceso al mismo, especialmente en aquellos sectores como el agrícola o el textil, en los que se mantienen todavía grandes barreras en los paises desarrollados y donde los paises en vías de desarrollo muestran una clara ventaja comparativa".
(SERVIMEDIA)
17 Dic 2000
M