Garrido afirmó en una nota que "es necesario abandonar la hipócrita posición de tolerancia y doble moral existente y regular esta actividad económica y laboral para evitar la desprotección, la inseguridad y la explotación de las personas que ejercen esta actividad".

"Creemos que el rechazo que el Gobierno central ha dado a la propuesta de la Generalitat expresa una posición hipócrita y reaccionaria cargada de prejuicios patriarcales. No querer ver que la realidad de la prostitución agrava la explotación y los abusos sobre aquellas personas que ejercen esta actividad. Esta desprotección favorece también la inseguridad sanitaria y el trabajo de las mafias organizadas", añadió.

En este sentido, Garrido subrayó que "el Gobierno no está parar moralizar a la sociedad diciéndole que es degradante y que no. ¿O caso no es tan degradante la prostitución como muchas formas de trabajo asalariado, precario, insalubre y mal pagado?".

Recalcó que "el Gobierno socialista no debe rechazar la legalización de la prostitución y ceder así a las presiones del chantaje moral que la jerarquía católica hace sobre todos los ciudadanos y ciudadanas".

A este respecto, explicó que "la prostitución es una actividad económica que, como cualquier otra, ha de ser regulada para que no se vulnere ningún derecho fundamental, se ejerza voluntaria y libremente, no haya explotación, ni maltrato a las personas que la practican y cuyos clientes deben también tener unas condiciones mínimas de seguridad e información. La prostitución forma parte de la autonomía y la libertades del cuerpo".