Según un estudio de la consultora Nielsen, los productos relacionados con la higiene fueron los principales beneficiados de la situación, desde los pañuelos de papel a las toallitas húmedas, aunque también aumentaron notablemente las ventas de algunos alimentos, sobre todo los de larga duración.

Es el caso de productos como el pescado congelado, sopas preparadas, pizzas congeladas o el alcohol de alta graduación.

Por otra parte, el estudio revela el amplio conocimiento de la enfermedad por parte de la población mexicana poco después de que se empezasen a conocer los primeros casos.

No obstante, un 48% considera que la medida de suspender las actividades tomada por el gobierno mexicano fue exagerada, frente al 50% que la consideró adecuada y sólo un 2% al que le pareció insuficiente.

El 50% de los mexicanos encuestados dijeron que en ese periodo no había ido a trabajar, un 38% cancelaron su participación en actividades sociales y de ocio, y el 100% de los consultados que estaban estudiando dejó de asistir a clase.

Con respecto al consumo, un 55% de los mexicanos declara que aumentó su gasto en productos desinfectantes para el hogar, y de ellos un 20% piensa que seguirá gastando más en ellos en el futuro.

Además, un 51% reconoce que incrementó su consumo de alimentos frescos, y de ellos el 24% afirma que los seguirá comprando más. El 44% compró más productos para la higiene personal, y casi la mitad de ellos seguirá esa tendencia.

En al futuro, el 53% de los consumidores mexicanos prevén que pueden aumentar su gasto en medicinas; un 24% cita los alimentos frescos; el 20% indica los desinfectantes tanto para el hogar como para el cuerpo; un 18% señala las comidas preparadas, y el 17% piensa que gastará más en vitaminas.