Según el presidente de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos, José Luis Gisbert, tras una primavera fresca y lluviosa, en la que las ventas no fueron buenas, julio y agosto se saldaron a "niveles muy similares a los del año pasado".

Explicó que, en la venta de helados, horchatas y granizados, "influye mucho más el factor climatológico que el económico", al tratarse de "un capricho muy asequible".

De este modo, las altas temperaturas de julio y agosto provocaron que los españoles "se privaran de otras cosas, pero no de tomar un helado. La gente dice 'tengo calor y me apetece', sin más, porque es, en general, algo barato", dijo.

MATERIAS PRIMAS

El precio medio de un helado, este verano, rondó los 2,5 euros, si bien es muy variable, ya que el helado se ofrece en múltiples presentaciones: desde grandes copas de varios sabores hasta el clásico helado de cucurucho.

Con respecto al verano pasado, "sólo se ha subido la inflación" a pesar del aumento "bastante alto" del precio de las materias primas.

"No hemos repercutido todo el aumento de las materias primas porque no era el momento", dada la actual situación económica. Precisamente esta "prudencia de esperar a tiempos mejores" está detrás del mantenimiento del consumo de helado, según Gisbert.

Por otro lado, el presidente de la asociación heladera explicó que, entre las novedades del verano, cabe destacar la consolidación de los "helados light" en el mercado, cada vez más demandados.

Asimismo, destacó que, al mismo tiempo que se mantienen los sabores "clásicos", este año han aparecido otros nuevos, entre los que destacó el de galleta oreo, muy demandado entre los niños.