El presidente de la Confederación Española de Estaciones de Servicio (CEES), Juan Prats, explicó a Servimedia que la caída en el comienzo del año ha sido "bestial".

El descenso del consumo ha afectado especialmente a las gasolineras situadas en ciudades, donde cada vez se opta más por el transporte público o por llenar los vehículos con más personas. "Ahora la gente, para no sacar el coche, se pone de acuerdo para ir junto en el mismo", indicó.

Esta organización no prevé que el precio del carburante vaya a bajar por el momento, lo que, "sumado a la recesión económica, incidirá aún más sobre el consumo".

Según los últimos datos disponibles, el precio actual del gasóleo llega a los 1,083 euros/litro, y el de la gasolina de 95 octanos a 1,112 euros/litro.

Prats indicó que las subidas son especialmente significativas en el caso del gasóleo, que, si no fuera por los impuestos especiales con los que se grava a la gasolina, sería ya 0,15 euros más caro que ésta.

En definitiva, los gasolineros ven "muy negro" el futuro, ya que la comisión que se llevan por cada litro que venden de combustible es invariable, y la cantidad de depósitos que llenan es cada vez menor.