Otros dos ilegales, supuestamente de nacionalidad palestina, habían sido interceptados minutos antes por los agentes, cuando intentaban cruzar el control de carreteras establecido por la Beneérita, en un taxi con matrícula malagueña.

El control donde fueron detenidos los veintidós extranjeros fue montado por la Guardia Civil en el kilómetro 278 de la N-340, en el término municipal de Torrox (Málaga).

Tras identificarse, el conductor de la furgoneta argumentó que tenía un permiso de trabajo italiano e intentó fugarse al comprobar que los agentes no daban el visto bueno, siendo detenido poco después en una playa cercana.

Los veinte inmigrantes que permanecían apiñados en el interir del vehículo interceptado tenían la ropa mojada de agua salada cuando llegaron al control de carretera, por lo que los miembros de la dotación sospecharon que podrían haber desembarcado en suelo español pocas horas antes. Los ilegales confesaron posteriormente que habían desembarcado en Tarifa (Cádiz).

Los veintidós detenidos, que viajaban en su mayoría indocumentados, afirmaron desconocer la identidad de los tres muertos y otros treinta desaparecidos el pasado sábado en aguas del Estrecho de Gibralar. Hoy pasarán a disposición judicial.