El vehículo se encontraba enfrente de una parada de autobús, con aspecto de haber sido abandonado, sin cerrar con llave y con un maletín dentro.

La detección del falso coche-bomba obligó a acordonar la zona y a desviar el tráfico, lo que provocó un monumental atasco no sólo en la propia glorieta de Cuatro Caminos, sino también en toda la zona hasta la calle Ríos Rosas la plaza de San Juan de la Cruz, la Ciudad Universitaria, las calles que salen a Bravo Murillo, Orense y Azca.

Tras media hora de tensión y graves problemas circulatorios, los agentes de policía localizaron finalmente al propietario del vehículo y la ciudad comenzó a recuperar lentamente la normalidad.