De la Vega declaró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que los responsables del PNV deberían "intentar serenar un poco los ánimos" y dejar de comparar un cambio de gobierno en el País Vasco con un golpe a las instituciones democráticas.

Aseguró que el resultado de los comicios del domingo, en los que los partidos no nacionalistas consiguieron por primera vez más parlamentarios que la suma de todos los abertzales, pusieron de manifiesto que los ciudadanos anhelaban que "la proporción de las mayorías cambiase".

"Esta es la grandeza de la democracia y los partidos deben afrontar el proceso con total normalidad, asumiendo los resultados", dijo. "Hay que acostumbrarse a estar unas veces en el gobierno y otras veces en la oposición, hay que trabajar con lealtad y responsabilidad tanto cuando se gobierna como cuando se está en la oposición".

De la Vega adujo que el hecho de que el PNV pueda perder el gobierno vasco "para nada tiene que afectar a la estabilidad parlamentaria" del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en las Cortes Generales, ya que su intención sigue siendo "buscar el máximo consenso posible con todos los grupos".

Con ese fin, subrayó que el Gobierno hará un "esfuerzo" para sacar adelante las votaciones, con independencia de lo que haga el PNV, al que le lanzó otro mensaje de que "es bueno que se produzca ese cambio" al frente del País Vasco.

De la Vega aprovechó que el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA) le ha dado otro escaño más al PSE en la provincia de Álava para insistir en que el resultado de las elecciones autonómicas es "una demostración de la voluntad del cambio de los vascos".

Finalmente, descartó que el presidente pueda mantener una reunión con el líder del PP, Mariano Rajoy, para pactar posiciones ante el futuro gobierno de Euskadi, ya que considera que lo que ocurra en esta comunidad debe decidirse "en el ámbito del Parlamento vasco".