En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta admitió que con esta reforma, el Ejecutivo abre ahora "un debate que no es fácil", porque se trata de "un tema complejo que requiere soluciones complejas".

De la Vega fue preguntada por las declaraciones realizadas hoy por el responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe de El Vaticano, William Lavada, quien se ha declarado triste por el anuncio sobre el aborto hecho por el Gobierno español.

"Tenemos una Constitución que vamos a respetar", manifestó De la Vega. "La nueva ley estará en el ámbito de la Constitución como ha estado la actual".

La vicepresidenta prometió que habrá diálogo en torno a la ley y que todo el mundo tendrá la posibilidad de mostrar sus opiniones, con el fin de sacar adelante la norma con el máximo consenso posible.

Explicó que el objetivo de la ley es doble: por un lado,dar más garantías a las mujeres que deciden interrumpir su embarazo y a los médicos que las atienden, y por otro, acabar con la interpretación diferente de la norma entre unas comunidades y otras.

Sobre si será una ley de plazos o de supuestos, indicó que eso lo tendrán que decidir la comisión de expertos y, en última instancia, las Cortes, cuando estudien el texto que el Gobierno espera tener listo en medio año y que tratará de recoger "los mayores avances de la legislación comparada".