En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, la vicepresidenta respondió a dos preguntas del portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana; y del secretario general del partido, Ángel Acebes.

En su respuesta, la vicepresidenta acusó al PP de haber dedicado toda la legislatura a crispar y a obstaculizar la acción del Gobierno, y por eso los ciudadanos le darán "una nueva oportunidad" para que sigan aprendiendo valores democráticos.

Los ciudadanos, afirmó, valoran "el trabajo, el rigor, la seriedad y los hechos", y rechazan "el ruido, la crispación y la manipulación", y darán por ello al PP "cuatro años más de escuela de democracia" antes de gobernar, para lo cual "aún les queda mucho".

En un balance de la legislatura, Zaplana aseguró que existen "pocos motivos para la satisfacción" y llegó a sacar una cartilla de racionamiento del año 1952 para celebrar que gracias a las próximas elecciones y a la victoria del PP "no llegaremos a tanto".

Tanto Zaplana como Acebes acusaron al Gobierno de tener que recurrir a tránsfugas para sacar adelante los Presupuestos, y el portavoz del PP puso como ejemplo de fracaso de la legislatura que hace cuatro años ETA estaba arrinconada y ahora "establece cuáles tienen que ser los trazados del AVE".

La vicepresidenta juzgó "esperpéntico" su discurso y tan catastrofista que carece de credibilidad, y denunció que el PP utilice "partidariamente" la política antiterrorista "hasta el último día". "Es una vergüenza", proclamó.

Al formular su pregunta, Acebes aseguró que el Gobierno podría comprar cada día tres pisos para jóvenes con lo que gasta en publicidad, por ejemplo, para felicitar la Navidad, una campaña que, según la vicepresidenta, no ha costado "ni un euro".