Según los vecinos, la existencia de dicho centro, que estaría ubicado frente a la urbanización, afectaría negativamente a las más de 1.200 personas que residen en el complejo, de las que más de la mitad son niños de corta edad.

La empresa constructora, siempre según la versión de los vecinos, vendió el suelo donde ahora se proyecta la construcción del centro como un espacio verde público, por lo que los vecinos se sientn "timados" por la empresa y por la corporación municipal.

Cuando empiecen las obras de construcción, la mayor parte del actual jardin de la urbanización deberá dejar paso a accesos auxiliares, con el fin de que sea construida una rampa para minusválidos y otro camino secundario para una segunda entrada al centro.

A juicio de los vecinos, otro factor que desaconseja la ejecución del proyecto es que en el lugar donde se pretende edificar hay unos depósitos de gasoil y una salida de cañerías de agus residuales.

Según el proyecto, el coste del traslado de cañerías y depósitos correría a cargo de los residentes en la zona y no del ayuntamiento.