En declaraciones a Servimedia, Abbott consideró necesario que los vecinos sean incluidos en las negociaciones sobre las fiestas del Orgullo Gay en Chueca y denunció que los participantes están incumpliendo el reglamento sobre ruido, algo que ya ha quedado claro en la primera noche y que, apuntó, va a continuar así en los próximos días.

Tras reconocer que Chueca tiene un carácter simbólico para la comunidad gay, que favorece la celebración del evento en el barrio, señaló que lo que no es admisible es que la fiesta se convierta en un "macrobotellón".

"En el futuro vamos a estar ahí presentes para negociar todo esto y a ver si sale a satisfacción de todo el mundo y no sólo de una parte", concluyó.