La familia Mendoza, a quien los vecinos acusan de ser especialmente violenta, de portar armas de fuego, robar y amenazar, huyó ayer por la noche del barrio, ante la manifestación popular que provocó el corte durante dos horas de la carretera comarcal 610.

El detonante del enfrentamiento fue el robo de un vehíulo por parte de uno de los miembros de esta familia, que posteriormente sufrió un accidente.

No obstante, los Mendoza son propietarios de la vivienda que habitan en Puente Duero, razón por la cual, los vecinos temen su regreso y han decidido solicitar una reunión con el Ayuntamiento de Valladolid, para discutir ese posible destierro.

El Ayuntamiento, por su parte, afirma que el problema de Puente Duero es exclusivamente policial, ya que las fuerzas del orden han de actuar por igual ante un delit, sea quien sea el autor, pero anuncia que no se podrá tomar ninguna otra medida.

En cualquier caso, los vecinos se entrevistarán mañana con el Gobernador Civil, a quien entregarán su petición de destierro con las firmas recogidas, y con la Concejal Delegada del área del Ayuntamiento, Rosa Manzano.

El Presidente de la Asociación de Vecinos de Puente Duero, Máximo Mansilla, afirmó hoy que no se trata de racismo. "Nosotros no somos racistas", dijo, "en absoluto, y lo demostramos con otra familia qu está conviviendo aquí con nosotros, que ya lleva dos años y es una familia extraordinaria".

"No tenemos ningún problema con ellos, así que si esta otra familia se hubiera comportado como es debido, y como entendemos debe ser una convivencia normal, a nosotros no nos importa si son gitanos o no".

Durante la madrugada del domingo, la Policía Municipal de Valladolid mantuvo una patrulla de vigilancia en el barrio, en previsión de disturbios, que afortunadamente no se produjeron.