Los bomberos acuden diariamente para rellenar el depósito de agua, con el fin de satisfacer las necesiades primarias de los habitantes de la localidad: unos 100 en invierno y más de 300 en verano.

Los vecinos de la zona soportan situaciones de este tipo desde hace varios años, desde que se abrieron algunas granjas en la parte alta del río, según los habitantes de Asín. Sin embargo, la situación se ha agravado este verano, hasta el punto de que la contaminación ha obligado al Ayuntamiento a cortar el suministro.

"Antes íbamos hasta las fuentes cercanas para recoger el agua para beber; para lavarno y fregar nos servía la que bajaba, aunque estaba bastante contaminada. Ahora ya no se puede ni abrir el grifo, porque huele demasiado", declaró uno de los vecinos de la localidad cincovillesa.

Miembros del Ayuntamiento de Asín se desplazaron el pasado miércoles a Zaragoza para explicar el problema a responsables de diversas instituciones. Fuentes municipales indicaron que se han reunido ya con la Confederación Hidrográfica del Ebro, con la Diputación y con el Servicio de Protección de la Naturaleza (eprona) de la Guardia Civil para pedirles soluciones, pero todavía no han obtenido respuestas definitivas.

Por parte del Seprona, las investigaciones ya se han iniciado y pronto dispondrán de datos sobre el origen de la contaminación, que supuestamente ha sido causada por purines.

Hace algunos años hubo problemas con alguna de las granjas de la localidad de Luesia, situada cerca del cauce del Agonías, e incluso un pastor murió en una balsa de purines situada junto a la finca.

A raíz de este echo, la Confederación Hidrográfica del Ebro exigió al propietario la aplicación de una serie de medidas correctoras que, al parecer, no han sido cumplidas. Actualmente siguen existiendo el mismo tipo de balsas en la zona.

Al verter los purines en suelo no impermeabilizado, los desechos pueden ser arrastrados con las lluvias y llegar al cauce del río, produciendo la contaminación.