VARIOS AEROPUERTOS ESPAÑOLES UTILIZAN HALCONES PARA ESPANTAR DE LAS PISTAS A OTRAS AVES
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Numerosos aeropuertos españoles tienen entre sus "trabajadores" grupos de halcones que, simplemente con su presencia en los alrededores, impiden que otras aves interfieran en el despegue y aterrizaje de los aviones; una curiosa y efectiva combinación entre la tecnología punta de la aviación y las técnicas medievales de la cetrera.
Y es que a pesar de los adelantos que permiten volar a semejantes gigantes de metal, no hay invento capaz de evitar que las gaviotas y otras aves choquen contra los aviones o se introduzcan en sus motores. Aunque las ocasiones en que estos incidentes pueden conducir a la pérdida del control de la aeronave son escasas, sí son frecuentes las averías, las demoras o las inspecciones.
Desde 1991, un equipo de tres personas con 12 halcones vigilan las pistas del aeropuerto de Málaga. Uno de los cetrros, José LLopis, explicó hoy a Servimedia que la idea original partió de Félix Rodríguez de la Fuente, que conocía los problemas de los aeropuertos y sabía que en algunas zonas de Europa se estaba experimentando con la cetrería en este sentido.
La convicción de que la idea podía ser efectiva le llevó a comenzar a trabajar con estas aves rapaces en el madrileño aeropuerto de Barajas. Dio resultado, pero hacía falta mucho dinero, así que se trasladó a otros aeródromos, pero sin demasiado presupuesto. Aos después, la iniciativa fue recogida por los responsables del aeropuerto de Málaga.
Incluso tienen su propio criadero en Peñíscola y aseguran que los halcones viven en condiciones "excelentes". Su reproducción en cautividad es controlada por expertos veterinarios y en las instalaciones están "como en su hábitat".
A pesar de que se conoce desde hace siglos, es ahora cuando la autoridad que imponen las aves rapaces está siendo utilizada para salvaguardar la seguridad en los vuelos y, en última intancia, de los miles de personas que diariamente viajan en avión por todo el mundo.
OTROS METODOS
Las alas de los halcones han sustituido a los artificios pirotécnicos, a las reproducciones de los gritos de las aves, a los detonadores de acetileno o a los sistemas de ultrasonidos, métodos que eran eficaces al principio, pero a los que los pájaros se acaban acostumbrando "y les pierden el respeto".
Los estudios que realizan los cetreros permiten conocer con exactitud la cantidad y especie concrea de aves que están en los alrededores del aeropuerto y planear una estrategia de vuelo con las razas de halcones oportunas en cada caso, a horas y en momentos diferentes, de manera que las aves se acaban retirando del recinto aeroportuario.
Este sistema, además de ser el más eficaz, tiene la ventaja de que no altera el ecosistema, no interfiere en el funcionamiento normal del aeropuerto, no contamina y además sus efectos son constantes, porque las aves nunca se pueden "acostumbrar" a la presencia de n depredador.
La simbiosis entre halcón y cetrero permite que el adiestrador "comunique" al ave rapaz la zona que tiene que sobrevolar en círculo, demostrando a las demás aves que ese área está acotada por la criatura que más temen.
Otros factores, como la climatología o la estación del año, también influyen en el trabajo diario de todo el equipo de cetrería, que tiene que estar perfectamente informado sobre las costumbres de la avifauna de la zona para poder actuar en cualquier momento.
Adeás del de Málaga, esta antigua técnica ha despejado el cielo que cubre los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Vigo, Ibiza, Menorca, Sevilla, Jerez, Granada, Córdoba, Canarias y otros muchos lejos de nuestro país, como Londres o Nueva York.
(SERVIMEDIA)
07 Ago 1997
CLC