En este sentido, la directora de Relaciones Corporativas de MRW, Silvia Vílchez puso como ejemplo el Comité de Ética y Arbitraje de esta empresa de mensajería, que funciona desde hace más de 15 años. "Se trata de un sistema pionero", subraya Vílchez, "pues la estructura franquiciada de MRW hace que sea necesaria la presencia de representantes de las franquicias en el comité para que las bases éticas de la organización no se pierdan con la descentralización".

MRW ha puesto en marcha, por otra parte, numerosas iniciativas de RSC, entre las que se encuentra "la integración de personas discapacitadas más allá de lo que marca la ley" gracias a un convenio firmado con la Fundación ONCE.

Además, la compañía tiene alrededor de 4.700 convenios suscritos condiferentes grupos sin ánimo de lucro y destina cada año el 1% de su facturación a actividades de responsabilidad social.

Respecto a los códigos de conducta de las empresas, el director de comunicación de Novartis, Fernando Mugarza, señaló que éstos "han de estar basados en los derechos fundamentales de cada persona", y que a las obligaciones personales que tienen los trabajadores se unen las que tiene con ellos la empresa.

Para que las políticas de RSC funcionen "es necesario el cumplimiento del código de conducta", indicó Mugarza, quien recordó que desde la entrada en vigor del código de Novartis en 1999, se han tramitado 10 expedientes por su incumplimiento, cinco de los cuales se comprobaron y supusieron la marcha de los trabajadores.