Fuentes del citado organismo, responsable de la gestión del monumento, informaro a Servimedia de que en los próximos meses se instalarán escáneres para controlar los objetos que introducen los visitantes y fieles, y se incrementarán sustancialmente las medidas de seguridad, aunque no aportaron detalles al respecto.

Hasta hace una semana, cuando explotó la bomba, el recinto no tenía sistemas electrónicos de seguridad (escáneres) para detectar armas, explosivos u otro tipo de objetos metálicos.

Los visitantes y fieles que accedían al lugar en coche o a pie, desde la carretera ue va a El Escorial, sólo tenían que pasar delante de un control de Guardia Civil y comprar su entrada en las cabinas situadas junto a la entrada, que son atendidas por personal de Patrimonio Nacional.

El recinto quedó hoy abierto al público al completo, incluida la basílica donde se produjo la explosión. No obstante, el ala izquierda del altar mayor permanece con un andamio y tapada porque los operarios están reparando los daños que produjo la bomba.