El objetivo del centro, que dispone de 68 plazas, es cubrir las necesidades de las persoas mayores con dificultades para permanecer en sus casas, así como favorecer su integración.

La Generalitat valenciana y la congregación han suscrito acuerdos en los tres últimos años para que la orden religiosa gestionara el inmueble que acoge a los mayores, cuya propiedad corresponde a la consejería. Estos acuerdos, ha señalado Blasco, "suponen un reconocimiento al trabajo de las Hermanas en beneficio de los colectivos más vulnerables".

En la residencia se ofrece una atención global, al tiempo ue se atiende a las personas mayores según sus circunstancias personales. Manutención, higiene personal, actividades lúdicas, atención sanitaria, apoyo psicosocial y orientación familiar son algunas de las prestaciones que reciben los usuarios.

Para realizar el trabajo de apoyo a los usuarios, el centro cuenta con profesionales especializados en atención geriátrica, como un psicólogo, 14 auxiliares de clínica, 4 ATS y 11 auxiliares de residencia.

Además del convenio con las Hermanas de Morella, e Gobierno regional aportará un total de 750.000 euros para el mantenimiento, en el año 2002, de las 20 residencias para personas mayores que la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados posee en la Comunidad Valenciana.