El primer siniestro afectó a los términos de Alcala de Xivert, el pasado 9 de abril, con consecuencias en el Parque Natural de la Serra d'Irta, mientras que el segundo, en Atzaneta, el 30 de abril, quemó suelo forestal en el paraje conocido como "Ribesals".

El incendio de Alcala, que afectó a un área forestal de 138 hectáreas y tuvieron que ser desalojados ante el peligro un millar de personas, fue provocado por el arrojo de rescoldos procedentes de una hoguera en los terrenos situados en la parte trasera de una vivienda.

En el de Atzaneta se calcinó una superficie de 217 hectáreas y fue necesario evacuar a más de 40 personas. El incendio fue consecuencia de negligencia en quema agrícola de restos de poda.

Ambas negligencias están tipificadas como muy graves en la Ley Forestal, ya que las dos tuvieron resultado de incendio con importantes daños y perjuicios. Según esta norma, la sanción que se contempla para las infracciones muy graves es de multa de 18.030,37 a 180.303.63 euros.

Además de la multa, la legislación hace efectivo el principio legal de ser responsable de los daños que haya causado el autor de la negligencia, por lo que los acusados deberán presentar un proyecto de restauración del daño medioambiental en los terrenos afectados y hacerse cargo del coste económico de la reparación.

Con estas sanciones, el Consell pretende aplicar el principio de "tolerancia cero" a aquellas personas que no cumplen las normas y ponen en peligro los bosques de la Comunidad Valenciana, según informó en una nota.