En declaraciones a Servimedia, el portavoz de Greenpeace, Carlos Bravo, explicó que en nuestro país hay instalados actualmente 48.000 megavatios de potencia endiferentes tipos de centrales, haciéndose necesario poner en marcha el día que más electricidad se consume unos 25.000 megavatios de potencia.

Según Bravo, esto supera en gran medida los márgenes lógicos de seguridad que deben tenerse en el caso de que una central no se ponga en marcha en el momento adecuado o sufra otra clase de incidente.

Greenpeace estima que instalar una central térmica en Valdecaballeros es innecesario, aunque valora positivamente el hecho de que se haya decidido que ésta se térmica en vez de nuclear, como se pretendía en un principio.

"Lógicamente hubiera sido muchísimo peor instalar una central nuclear en Valdecaballeros que hacerla de gas de ciclo combinado, que es más eficiente y tiene un combustible mucho menos sucio, pero no hay que olvidar que el gas es un combustible fósil y emite dióxido de carbono, principal causante del efecto invernadero", indicó Bravo.

A juicio de la organización ecologista, lo que debe hacerse es invertir en eficiencia energética y enegías renovables. Sostiene que en el caso concreto de Extremadura, una de las comunidades españolas con un potencial más alto de ahorro energético y de energías renovables, especialmente solar y de viento, aún sin desarrollar, los esfuerzos económicos habría que derivarlos hacia esos tipos de energía.