De esta manera, si la carne no esta infectada, se recuperaría para el consumo y se evitarían cuantiosas pérdidas económicas y el riesgo que esto supone para muchos espectáculos taurinos.

En declaraciones a Servimedia, Martín señaló que la decisión de incinerar las reses bravas tras las corridas ha supuesto ya la suspensión de al menos 35 festejos en las últimas semanas, sobre todo en pequeñas localidades.

Por ello, propuso que "se congele la carne hasta hacer las analíticas y, en caso de que no tnga ninguna enfermedad, que pueda volver a la cadena alimentaria".

El ganadero indicó que las pérdidas del sector son muy elevadas y explicó que muchos empresarios no pueden celebrar festejos por no poder cubrir el coste de la organización de la fiesta. En este sentido, lamentó que algunas zonas de España, como Extremadura, estén procediendo a la suspensión de festejos, con el consiguiente perjuicio para los aficionados a los toros.