Además, la Comisión modifica los criterios de cocción a presión de las grasas derretidas de rumiantes destinadas a productos alimentarios y piensos y autoriza ciertas proteínas hidrolizadas de pescado y de plumas.

Para el comisario uropeo de Sanidad y Protección, David Byrne, estas nuevas medidas suponen "una nueva barrera de protección para los consumidores", por lo que solicitó a los Estados miembros que garanticen la aplicación de esta nueva normativa. En cuanto a la retirada de la columna vertebral, propuso que el proceso de separación de este hueso se haga en las carnicerías.

Sin embargo, la prohibición de retirar la columna vertebral no afecta por igual a todos los países de la Unión Europea (UE), ya que se excluye a aquelos que no hayan registrado ningún caso de "vacas locas" y hayan garantizado, a juicio de la Comisión, que animales enfermos no se pueden incorporar a la cadena alimentaria. En este caso se encuentran Suecia, Finlandia y Austria.

Lo mismo ocurre en la prohibición del tradicional chuletón con hueso aunque, en este punto, destaca la posibilidad de que el Reino Unido pueda consumirlo, aunque no exportarlo, a pesar de ser el país donde se originó la enfermedad.

Según la Comisión, dado que el Reino Unio lleva ya varios años aplicando la medidas contra la enfermedad, se garantiza así que hay pocos animales que puedan sufrir la enfermedad, puesto que sólo un 0,8% de la cabaña británica tiene más de 30 meses. No obstante, no podrán exportar sus chuletones.

Algo similar ocurre con Portugal, donde se pondrán consumir chuletones procedentes de animales nacidos después del 1 de enero de 1999 puesto que este país comenzó en esa fecha a prohibir las harinas animales, causantes de la enfermedad.

Finalmete, la Comisión ha decidido tomar medidas más restrictivas para las grasas animales destinadas a la elaboración de productos alimenticios y otro tipo de sebos que pueden llegar a la cadena alimentaria.